Muchos personajes históricos como Napoleón, Hitler..., han sido los que han soñado o soñaron con una Europa unida. Todo intento de unión bélica (por la fuerza, por la guerra) han resultado o resultaron, históricamente hablando, un fracaso estrepitoso.
El último intento de unión
europea se denomina Mercado Común con su moneda única (el euro).
A estas alturas de principios de
milenio, nuestro Viejo Continente (Europa) muestra a sus locos y sus locuras,
siguiendo la tradición de los más conspíscuos orates. La locura principal se
llama “unión monetaria”. La mundialización o globalización de la economía nos
ha conducido a esta histeria colectiva: sin “unión monetaria” se derrumban los
mercados financieros, se arruinan las empresas europeas, el paro aumenta y la
miseria asola Europa. Al menos así no lo
venden los políticos y los economistas (mientras la gente común y corriente no
entiende nada de lo que dicen en este sentido, y lo más probable es que el euro
acabará como el rosario de la aurora. Ojalá esté equivocado).
La “economía capitalista” europea
está gravemente herida y por contagio Estados Unidos y resto del mundo. Estados
Unidos culpa de la crisis económica a Europa. Y los gobiernos europeos acusan a
Estados Unidos de ser el primer país donde apareció la crisis (quiebra de
Lehman Brothers)
En nuestro ¿bendito país?, España
(y no quiero referirme a otro porque todos estamos pringados de parecida mierda
hipócrita), los bancos no tienen liquidez (solución: “inyecciones millonarias
de dinero”. Los desempleados no tienen derecho a tales “inyecciones”), casi 5
millones de parados, incremento de la pobreza (nefasta consecuencia derivada
directamente del incremento del desempleo), desahucios de viviendas familiares,
concentración de la riqueza cada vez en menos manos (véase la fusión o unión de
dos o más bancos y/o cajas de ahorros en uno/a solo/a), expedientes de
regulación de empleo inmisericordes, etc.
Sin embargo, nuestro país, España
se ha unido a la locura colectiva del “Escudo antimisiles” prestando Rota a los
Estados Unidos. Zapatero no se levantó o permaneció sentado cuando pasó la
bandera de Estados Unidos por la tribuna del desfile militar (hace pocos años),
demostrando el inconformismo con la guerra de George Bush y sus acólitos. Más tarde
llegó el “encuentro planetario” (según frase de Leire Pajín) entre Barak Obama
(actual presidente de Estados Unidos) y Zapatero. Y el gobierno español ha
lamido el culo a Barak Obama ofreciéndole, secretamente, más presencia militar
en España y prestándose al tema, anteriormente mencionado, del “escudo
antimisiles” todo con el grotesco
pretexto de que tal aumento militar llevará consigo la oferta de más
puestos de trabajo para españoles.
Paréntesis para Estados Unidos.
Los EE. UU., concretamente, fue un
país prácticamente desconocido y no tuvo protagonismo internacional hasta tan
tarde como los primeros años del siglo pasado (XX), cuando el presidente
Theodore Roosevelt empezó a diseñar una política internacional para su país. El
auge político y económico de Estados Unidos quedó definitivamente consagrado
gracias a la II Guerra Mundial, cuando Europa esta destruida por los
bombardeos, mientras en Estados Unidos no caía ni una sola bomba y sus fabricas
trabajaban a pleno rendimiento. Al acabar la guerra, en los países europeos
devastados hacía falta de todo y los Estados Unidos estaban dispuestos a
suministrarlo. Detrás del Plan Marshall se escondía la penetración económica en
Europa. Atrás quedaba el fantasma de la Gran Deprsión de 1929, con su triste iconografía
de colas de parados, de fábricas cerradas y de pobreza, en estampas como las
retratadas ácidamente por el escritor John Steinbeck en “Las uvas de la ira”
(The grapes of wrath)
Actualmente el déficit
presupuestario de este país es enorme propio de una economía enferma y que
ningún otro país del mundo podría soportar. Así que su economía es la que está
en declive, no su posición militar.
El lema del presidente Monroe,
“América para los americanos”, está vigente en cuanto que los americanos siguen
considerando que viven en el paraíso y no tienen porqué compartirlo con nadie.
La realidad fáctica e histórica es que los últimos presidentes han comprendido
que, mejor que su confortable aislacionismo (tan difícil de mantener en nuestro
tiempo), era cambiar de lema, tácitamente: “El mundo para los americanos”. Como
una guerra imperialista quedaría fuera de lugar y época, Estados Unidos se
dedica a proteger la Tierra, a patrullar los “seven seas” (con los portaaviones
de la “navy” y los F-18 encima de ellos), de modo que al nuevo imperialismo le
dan el nombre de proteccionismo (en el que se incluyen las “guerras
preventivas” que a ellos les gustan tanto: Irak, Libia ¿próxima Irán?).
Antes se trataba de un
proteccionismo frente al oso de Moscú. Ahora que ya no existe oso ¿contra
quién?. La desaparición de la URSS (a principios de los años 90) dejó a los
yankees sin enemigos, y todo Imperio, para subsistir y crecer, necesita un
enemigo, real o inventado. El comunismo que dejó un hueco difícil de llenar en
la ex URSS y los países del Este, también dejó un hueco en el Oeste, un vacío
que sólo podrían llenar los alienígenas, los marcianos, los K-pasianos o
cualquier otra invasión extraterrestre.
Jesús Rodríguez Molero
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