viernes, 28 de octubre de 2011

EL MUNDO EN DECLIVE


Muchos personajes históricos como Napoleón, Hitler..., han sido los que han soñado o soñaron con una Europa unida. Todo intento de unión bélica (por la fuerza, por la guerra) han resultado o resultaron, históricamente hablando, un fracaso estrepitoso.
El último intento de unión europea se denomina Mercado Común con su moneda única (el euro).
A estas alturas de principios de milenio, nuestro Viejo Continente (Europa) muestra a sus locos y sus locuras, siguiendo la tradición de los más conspíscuos orates. La locura principal se llama “unión monetaria”. La mundialización o globalización de la economía nos ha conducido a esta histeria colectiva: sin “unión monetaria” se derrumban los mercados financieros, se arruinan las empresas europeas, el paro aumenta y la miseria  asola Europa. Al menos así no lo venden los políticos y los economistas (mientras la gente común y corriente no entiende nada de lo que dicen en este sentido, y lo más probable es que el euro acabará como el rosario de la aurora. Ojalá esté equivocado).
La “economía capitalista” europea está gravemente herida y por contagio Estados Unidos y resto del mundo. Estados Unidos culpa de la crisis económica a Europa. Y los gobiernos europeos acusan a Estados Unidos de ser el primer país donde apareció la crisis (quiebra de Lehman Brothers)
En nuestro ¿bendito país?, España (y no quiero referirme a otro porque todos estamos pringados de parecida mierda hipócrita), los bancos no tienen liquidez (solución: “inyecciones millonarias de dinero”. Los desempleados no tienen derecho a tales “inyecciones”), casi 5 millones de parados, incremento de la pobreza (nefasta consecuencia derivada directamente del incremento del desempleo), desahucios de viviendas familiares, concentración de la riqueza cada vez en menos manos (véase la fusión o unión de dos o más bancos y/o cajas de ahorros en uno/a solo/a), expedientes de regulación de empleo inmisericordes, etc.
Sin embargo, nuestro país, España se ha unido a la locura colectiva del “Escudo antimisiles” prestando Rota a los Estados Unidos. Zapatero no se levantó o permaneció sentado cuando pasó la bandera de Estados Unidos por la tribuna del desfile militar (hace pocos años), demostrando el inconformismo con la guerra de George Bush y sus acólitos. Más tarde llegó el “encuentro planetario” (según frase de Leire Pajín) entre Barak Obama (actual presidente de Estados Unidos) y Zapatero. Y el gobierno español ha lamido el culo a Barak Obama ofreciéndole, secretamente, más presencia militar en España y prestándose al tema, anteriormente mencionado, del “escudo antimisiles” todo con el grotesco  pretexto de que tal aumento militar llevará consigo la oferta de más puestos de trabajo para españoles.
Paréntesis para Estados Unidos.
Los EE. UU., concretamente, fue un país prácticamente desconocido y no tuvo protagonismo internacional hasta tan tarde como los primeros años del siglo pasado (XX), cuando el presidente Theodore Roosevelt empezó a diseñar una política internacional para su país. El auge político y económico de Estados Unidos quedó definitivamente consagrado gracias a la II Guerra Mundial, cuando Europa esta destruida por los bombardeos, mientras en Estados Unidos no caía ni una sola bomba y sus fabricas trabajaban a pleno rendimiento. Al acabar la guerra, en los países europeos devastados hacía falta de todo y los Estados Unidos estaban dispuestos a suministrarlo. Detrás del Plan Marshall se escondía la penetración económica en Europa. Atrás quedaba el fantasma de la Gran Deprsión de 1929, con su triste iconografía de colas de parados, de fábricas cerradas y de pobreza, en estampas como las retratadas ácidamente por el escritor John Steinbeck en “Las uvas de la ira” (The grapes of wrath)
Actualmente el déficit presupuestario de este país es enorme propio de una economía enferma y que ningún otro país del mundo podría soportar. Así que su economía es la que está en declive, no su posición militar.
El lema del presidente Monroe, “América para los americanos”, está vigente en cuanto que los americanos siguen considerando que viven en el paraíso y no tienen porqué compartirlo con nadie. La realidad fáctica e histórica es que los últimos presidentes han comprendido que, mejor que su confortable aislacionismo (tan difícil de mantener en nuestro tiempo), era cambiar de lema, tácitamente: “El mundo para los americanos”. Como una guerra imperialista quedaría fuera de lugar y época, Estados Unidos se dedica a proteger la Tierra, a patrullar los “seven seas” (con los portaaviones de la “navy” y los F-18 encima de ellos), de modo que al nuevo imperialismo le dan el nombre de proteccionismo (en el que se incluyen las “guerras preventivas” que a ellos les gustan tanto: Irak, Libia ¿próxima Irán?).
Antes se trataba de un proteccionismo frente al oso de Moscú. Ahora que ya no existe oso ¿contra quién?. La desaparición de la URSS (a principios de los años 90) dejó a los yankees sin enemigos, y todo Imperio, para subsistir y crecer, necesita un enemigo, real o inventado. El comunismo que dejó un hueco difícil de llenar en la ex URSS y los países del Este, también dejó un hueco en el Oeste, un vacío que sólo podrían llenar los alienígenas, los marcianos, los K-pasianos o cualquier otra invasión extraterrestre.


Jesús Rodríguez Molero




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