A muchos
estudiantes les cuesta motivarse y encontrar sentido al estudio. Lo ven como
una actividad obligatoria impuesta por los adultos, un mal necesario para
llegar a una titulación que les cualifique profesionalmente. Cuando iniciaron
la primaria iban contentos a clase y aprendían como esponjas, pero día a día y
especialmente en la ESO, se sienten más frustrados y sus gustos poco tienen que
ver con lo que hacen en clase
La motivación es
precisamente lo que nos mueve a hacer algo. Cuando surge de dentro es una
fuerza que nos hace lograr lo que queramos pese a las dificultades. En este
artículo se van a citar algunas claves que ayudan a motivar y a motivarse. El
entorno puede facilitar el camino de manera importante, aunque al final hay una
base de decisión personal que es la que define
donde poner el esfuerzo
Automotivación: Se trata
de motivarse a sí mismo y para ello no hay nada mejor que replantearse lo
positivo del estudio. Estas son algunas buenas razones para hacer del estudio
un reto personal.
1.
Admitamos que estudiar no es tan divertido como
ver la tele, jugar con la consola o estar con los amigos. Por otro lado,
aprender tiene un lado interesante de descubrimiento y exploración. Siempre hay
alguna materia que nos gusta más que otras y eso es porque nos cuentan algo que
nos interesa. Si profundizas en esa parte curiosa y exploradora de ti, puedes
llegar a hacer tus estudios más agradables.
2.
Estudiar
de manera concentrada y eficaz te
deja más tiempo libre para divertirte y pasártelo bien. Es más, disfrutas más
de tu tiempo libre si previamente has trabajado y te has quedado con la
sensación de haber aprovechado el esfuerzo.
3.
¿Te
has dado cuenta de que cuando conoces bien un tema te gusta?
4.
Seguro
que has tenido la experiencia de estudiar de manera tranquila y concentrada un
rato largo, es un ejercicio agradable para la mente ya que olvidamos otras
preocupaciones y nos hace sentir bien. Aprovecha esa ventaja.
5.
Cuando
haces las cosas de manera adecuada y presentas a tiempo un trabajo o tienes al
día el cuaderno, te sientes mejor.
6.
Seguro
que no hay nada mejor que sacar una buena puntuación en un examen que
preparaste bien. Cada vez que alcanzas un pequeño triunfo te animas y te hace
sentir más seguro y con ganas de ir más lejos...
7.
Con
mejores resultados en las notas en tu casa estarán más contentos contigo, pero
lo mejor de todo es lo bien que te sentirás dentro de tu camisa.
8.
Es
importante que sueñes, debes pensar que maravillosas cosas harás en el futuro.
No lo vivas como una carga sino como la gran oportunidad de la vida. Los
estudios te harán más fácil el camino.
9.
Se
realista, los sueños se construyen paso a paso y hay que pensar en concreto
“¿qué puedo hacer precisamente hoy para estar un paso más cerca de mis
objetivos, de mis sueños?”. Si tienes dudas déjate aconsejar por tus
profesores, ellos te dirán por dónde empezar.
10. Visualiza lo que quieras alcanzar. Así
le marcarás a tu cerebro la ruta a seguir para lograrlo. Si tu objetivo es
hacer un buen examen, imagínate a ti mismo realizando correctamente cada paso;
la atención en clase, la preparación, el examen en sí, e incluso cuando recibes
la noticia de la nota. Recrea en tu mente con detalle cada escena de lo que
verás, escucharás, sentirás y cúmplelo. Esta técnica la usan los grandes
deportistas.
Además es importante no
olvidar que los padres tienen la oportunidad de guiar a sus hijos hacia una
actitud de motivación y prepararles para que se interesen y disfruten con el
aprendizaje. La familia es el primer entorno en el que comienza y se desarrolla la educación
de los niños.
El ejemplo influye, ya que
las
familias que muestran interés por las tareas escolares y manifiestan su
curiosidad por adquirir nuevos conocimientos trasmiten a sus hijos esta actitud
de forma natural. Es importante adoptar esta disposición en el tiempo
de ocio con ellos. Enseñarles a buscar la respuesta a sus preguntas, participar
en sus actividades con ilusión y demostrar satisfacción cuando consiguen logros
significativos son algunos aspectos que incrementan la motivación.
Desde casa se debe incitar
al esfuerzo y valorar éste por encima de los resultados. Para que el estudiante
se sienta motivado en sus tareas, es necesario que se adecuen a sus capacidades
y que la dificultad aumente a medida que adquiere nuevas competencias y
capacidades. Si se le obliga siempre a realizar acciones para las que todavía
no está capacitado, es fácil que se desmotive al comprobar que su esfuerzo no
tiene compensación. Si el estudiante fracasa o no consigue el objetivo propuesto,
es necesario enfocar la solución hacia la superación por medio de la constancia
y el trabajo y mostrar confianza en sus aptitudes.
Hay que revisar la forma
en que se les ayuda con las tareas escolares, de modo que se les enseñe a
enfrentarse gradualmente a las dificultades de manera adecuada. Es muy positivo
un contacto fluido con la escuela, en el que se compartan objetivos y
estrategias, esto favorece el interés de los hijos por aprender.
Adoración Prieto Andérica es psicóloga y
tiene su propia consulta en los Yébenes.
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