No hay mejor forma de hacer un homenaje a
mi hermana Alicia, muerta el 6 de mayo de 2003 por culpa de un accidente de
tráfico.
Quienes conocieron a Alicia, y fueron muchos, entenderán que es muy
difícil hablar de ella, porque ella era tan completa que siempre se escapa
algo.
La frase con que comienza esta carta me la escribió ella, días antes de
morir, en un libro que me regaló de su querido D. José Rivera. Para ella no
eran simples palabras, era una forma de vida que quería contagiarnos a todos.
Alicia creía profundamente en la resurrección, sabía que aquí no
acababa todo, sabía que lo mejor viene después.
La verdad es que no sabría que decir de ella en un momento así,
transcurridos ya diez años de su muerte, por eso lo que voy a poner es una
carta que ella escribió a un amigo y que dice cómo era mejor de lo que yo lo
pueda hacer:
Los Yébenes, 24 de noviembre de
1996.
“Bucéfalo
se llama el célebre caballo de Alejandro Magno. Sólo Alejandro era capaz de
montarlo. Los demás que lo intentaban caían por tierra.
Esto
sucedía porque solamente Alejandro conocía el secreto: el caballo se asustaba
de su propia sombra. Bastaba con no dejársela ver, con enfilar sus ojos hacia el
sol sin dejarle apartarse de la dirección del astro rey para que Bucéfalo se
amansara.
Parece
que el mundo está lleno de Bucéfalos, gentes que pasan la vida mirando las
sombras del pasado, asustados por los miedos del futuro.
Lo
que importa es enfilar nuestra vida hacia el sol, cara a nuestro deber, a
nuestra tarea de cada día, no asustarse de los fracasos y mantenerse firmes
mirando al ideal”.
Justo
López.
¿Qué
te parece Justito? La verdad, Jose, es que cuando algo así cae en mis manos me
maravillo de lo grande y maravilloso que se muestra Dios en mi vida. ¡Me aclara
tantas cosas!
Hay
tanta gente con miedo de su sombra. Es increíble. Me hace mucha gracia cuando,
a veces, hablando con alguien me dice que “¡qué fuerte eres!, ¡cómo me adapto!,
y terminan diciendo que yo soy muy positiva.
¡Pues
no! Me como mucho el coco, y para que lo sepas no soy positiva soy, o quiero
ser cristiana ¡y me va de cine! Voy, no aceptando lo que viene sino enfocando
mi vida hacia Cristo y Él me da la vida”.
Espero que cada uno vaya encontrando el horizonte a seguir, el sentido
de la vida. Estoy bien. Muy binen. El estar con vosotros ha sido como una
inyección de vitaminas.
Un abrazo: Alicia.
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